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Moderación

Vino y Dieta

Vino y Dieta

El vino siempre ha sido una parte importante de la dieta, la gastronomía y el ámbito social, y con los años ha ido cambiando su estatus de fuente nutritiva importante a complemento cultural para la comida.

Una dieta equilibrada es el elemento clave para un estilo de vida saludable.

  • Es importante elegir cuidadosamente lo que bebes y comes.
  • Cuando se habla de una dieta equilibrada, se debe tener en cuenta tanto la calidad como la cantidad.
  • Tómate tu tiempo para disfrutar de la comida.
  • Compártela con amigos y familia, y evita los abusos.
Excederte tanto en el consumo de bebida como en el de comida será todavía más perjudicial.

Mientras que la cultura gastronómica francesa (la costumbre de disfrutar con los demás del arte del buen comer y buen beber) está reconocida por la Unesco, la famosa y apreciada dieta mediterránea y su estilo de vida incluyen la apreciación y consumo del vino de una manera moderada.  

Vino y dieta

El vino y la dieta mediterránea

Ancel Keys, un fisiólogo estadounidense destinado en Italia durante la Segunda Guerra Mundial, fue el primero en dar publicidad a esta dieta en la década de los sesenta, dada su consideración como una de las dietas más sanas. Desde entonces, ha sido estudiada por los científicos para desgranar y entender la ciencia que esconde.

La OMS considera la dieta mediterránea, que incluye un consumo moderado de vino, como una de las dietas más saludables del mundo.

Los efectos positivos para la salud del consumo moderado de vino pueden estar, al menos en parte, relacionados con los efectos protectores de ingredientes bioactivos específicos que se encuentran en el vino (polifenoles), así como en los alimentos que más abundan en la dieta mediterránea.

Se caracteriza por:

Una alta ingesta de alimentos vegetales, frutas, verduras, frutos secos y legumbres.

Una alta ingesta de alimentos vegetales, frutas, verduras, frutos secos y legumbres.

Una alta ingesta de cereales, principalmente integrales.

Una alta ingesta de cereales, principalmente integrales.

Contar con el aceite de oliva virgen extra como fuente principal de grasa.

Contar con el aceite de oliva virgen extra como fuente principal de grasa.

 Una ingesta moderada de pescado, productos lácteos y carne de ave (carne blanca).

Una ingesta moderada de pescado, productos lácteos y carne de ave (carne blanca).

Un consumo moderado de alcohol, preferiblemente vino con las comidas.

Un consumo moderado de alcohol, preferiblemente vino con las comidas.

 Un bajo consumo de huevos, así como de carne roja y procesada.

Un bajo consumo de huevos, así como de carne roja y procesada.